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Un paréntesis sobre la complejidad de Vallejo como intelectual. Hoy, luego de la caída
de los regímenes ortodoxos, del «socialismo
real», es cosa admitida por muchos que el pensamiento de Marx, a pesar de que
sostiene que sólo se puede escoger entre socialismo o barbarie, explicita la
idea que la historia obra de concierto con el progreso. Tenemos, pues, que
admirar la intuición de Vallejo. 2) Vemos una muestra de la autorreflexión de
su escritura. 3) Vallejo nos entrega una clave para entender Poemas humanos y
España, aparta de mí este cáliz. Desarrollemos esos tres puntos.
1) En una crónica publicada en Mundial, Lima 2 de noviembre de 1928, Vallejo impugna la ausencia o carencia de la volición cuando se quiere transformar la historia: El hombre verdaderamente nuevo está adquiriendo una conciencia rigurosa de la capacidad creadora y libre de su voluntad, junto con un austero sentimiento de la responsabilidad humana ante la historia. De esta suma ingerencia del hombre en la creación de la historia –que él no concibe fuera de los resortes libres de su voluntad-- está proscrito todo fatalismo y todo determinismo. (Vallejo 1987a: 314). 2)La autorreflexión de su escritura. Si nos fijamos bien, Vallejo en ese texto «Una visita al cementerio...» nos da la clave de su dialéctica: 1= grandeza; 2=miseria; 0=impotencia. Vallejo explica: «grandeza y su miseria o impotencia», otorgando así valores iguales a miseria o impotencia. Es una dialéctica que no trabaja con valores de la triada. En efecto, Vallejo siempre ha comprendido la dialéctica sólo como enfrentamiento de contrarios a lo largo de todo su proceso poético (Ferrari 1972: 46; 1974: 351; Escobar 1981: 24). Por cierto, también en Escalas melografiadas. 3) La clave de Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz que nos entrega el texto «Una visita al cementerio...». Vallejo al responderse que es mejor decir «yo» en nombre de los Otros, de «todos», está confiándonos una pista para entender Poemas humanos: lo íntimo es también lo transpersonal. En España, aparta de mí este cáliz, al expresar lo íntimo y lo transpersonal sin que sean opuestos, le confiere especial dramatismo. Más aún si se tiene en cuenta el tono épico. Hemos llegado a la problemática del principio artístico. Las leyes del verso que estructuran el poema. Dos fuerzas opuestas están en relación a) la ruptura de la linealidad lógica tiene como base el empleo de vocablos heterogéneos; b ) el papel constructivo del ritmo, especialmente sintáctico y apoyado por paralelismos, explora la materia asociativa, la textura dinámica fónica. Y al mismo tiempo, con el mismo impulso, se refuerza, se afirma, la cadena comunicativa de la secuencia hablada. Modo de producción estética. La poesía póstuma de Vallejo es el producto de la problemática propia de la escritura: decir cuestionando, ir hasta los límites de la plurisignificación. Mas lo singular en Vallejo es que su texto --a pesar de su densidad y complejidad-- se cuida de ser hermético, consigue el contacto afectivo con el lector. Ciertos poemas, a mi criterio, de Poemas humanos ponen de manifiesto el conflicto ideológico (verbigracia: «Va corriendo, andando...», «Panteón», «A lo mejor, soy otro...», «Despedida recordando un adiós», «Al cavilar en la vida, al cavilar...», «Acaba de pasar el que vendrá...»). ¿Y qué es el conflicto ideológico en Vallejo? El conflicto ideológico en Vallejo no es una cuestión de seguir militando o no . Es algo más razonado y, paradójicamente, más inconsciente. El conflicto ideológico le pide su rechazo a cualquier deísmo, por un lado, y por otro, a cualquier garantía política. Por lo demás, es su resistencia. Su disidencia. Su resistencia, su disensión, le reclama mantenerse alerta. Y,< algo muy importante, seguir reflexionando. Plantear las preguntas primeras, interrogarse lúcidamente por el fin último de las cosas, pero sin la razón razonante: ¿La muerte? ¡Oponle todo tu vestido!
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