RESPONSO FÚNEBRE A UN HÉROE DE PIEDRA
Emilio Sánchez Lihón Mayorga
No recuerdo, hombre humano,
el pulso de ninguno de los que combatieron;
Huyeron de nuestra memoria
los malos años de la guerra,
el mal pan en una zanja española,
el olor del primer fogonazo de pólvora.
Pero aquí estás
palpitando en el árbol blanco
murmurándome en la calle gris
gritándome desde la porción
de humanidad
que me toca proteger
(que es mi hijo)…
Y así me vuelvo de nuevo
a buscar la llaga y no el dato,
el valor y no el precio,
el verso y no la marcha.
Se te extraña por estas latitudes, César,
pero estás donde debes de estar,
hombre humano
recordándole al cielo
que existe la tierra.