ALMA ANDINA

Malu Otero

 

Eran las tibias colchas de vicuña

Las que te abrigaban en tu niñez.

Jugabas entretenido con Miguel,

El hermano que en ti permanece.

La protección de la madre, dulce,

Era como sus bizcochos de yema,

Que comías con tamaña avidez.

 

Tantos recuerdos, tantos, de tu niñez:

El cura, el músico, la marinera,

Que bailarías con tanta altivez…

Junto a la figura materna, compañera

De memorables delicias, bendición,

Personalidad sencilla y verdadera,

Brotes de luz para tu inspiración.

 

Amores, varios son los que has tenido:

Del poeta han estado muy enamoradas

Bellas doncellas, aunque es sabido

Que su vida ha sido de pronto marcada

Por injusta cárcel, una emboscada,

Dura persecución, una encrucijada,

¡Acusación infame ha sido inventada!

 

Tu frente altiva, tu triste mirada,

Mucho has sufrido en ese momento

Y en tu escritura ha sido plasmada

La angustia y el peso del sufrimiento.

Sin embargo pides por la humanidad:

Un hombre más justo es tu reinvento,

Sigues en la lucha por la libertad.

 

Sigues y deshechas la vida tranquila,

Pues ¡te mueves siempre por tus ideales!

Ay, que  la vida sigue, pero te aniquila:

Una salud débil cruzó tus umbrales,

Georgette, fiel compañera a tu lado,

Busca en vano salida por verte sano…

¡Vuela como un cóndor tu alma andina!

 

Assis, São Paulo, BRASIL

Octubre de 2013