A César Vallejo


Tu poesía tan triste, hermano poeta,
hace chirriar los goznes de mi alma.
Abre una angustia grande que me inquieta,
y me obstruye los sueños y la calma.

Hablas de idilios muertos, de penurias,
de un Dios enfermo el día en que naciste.
Como si hubieses vivido por centurias,
y todo el tiempo enfermo, solo y triste.

Le escribiste al verano y a septiembre,
y a París, y a una España desolada.
A los Heraldos negros y a aquel hombre,

al que una tarde nadie pidió nada.
La copa negra no explicó tu fiebre,
y un jueves, no marcó tu retirada…


Marga Mangione

Berazategui - Buenos Aires - República Argentina